martes, 8 de julio de 2025

piggy bank

La alcancía repleta de billetes de banco me recordó el momento cumbre de En Familia con Chabelo: tú decides cuate, entrar a la Catafixia donde puedes ganar mejores o peores regalos, no lo sabemos. Cuando ganaban, hasta el público aplaudía: "¡Ámonos!", gritaba Chabelo. Y cuando sacaban peores regalos, una carretilla o alguna otra mierda, hubo quien lloró: queriendo la casa por el coche, lo perdía todo.

Es la ambición. Siempre querer más. A lo gratis. Creo que también es cosa de ludópatas. A la larga, siempre vas a perder. Al final, siempre te vas a morir.

Apenas llevo visto dos episodios de El Juego del Calamar. O la libertad de morirse de hambre: si eso es Corea del Sur, ¿te imaginas Corea del Norte?. Probablemente sea la operación de lavado de cerebro más grande de la historia.

La crueldad de la serie me recuerda al cine gore. Sin embargo, todo en esta serie es notable, llena el ojo: la dirección, el cast, el crew. Hay una profundidad en esas escenas en que los personajes, todos perdedores, se juegan el todo por el todo, que te engancha.

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